Todos, de una forma u otra, buscamos la felicidad. Mil veces, como todos, me pregunté dónde estaría. En ocasiones sentí que todos menos yo la habían encontrado. Y en esta búsqueda me fui topando con un montón de falsas respuestas: que si en un objeto; en una persona; en una meta, un diploma, un reconocimiento; y también en conceptos, como la salud, el éxito, el dinero, la familia. Pero siempre con esta sensación de volver a empezar la búsqueda, una lucha constante por mantener un estado.
En este andar descubrí un camino que me llevó en otro sentido, ya no tan largo y lejano; de hecho, muy cerca, tan cerca que no lo había visto. El camino hacia adentro.
Y lo que he ido descubriendo en ese camino fue lo que motivó la escritura de este blog. Es un ejercicio de plasmar en blanco y negro lo que he ido aprendiendo y descubriendo en esto que llamamos “encontrar la felicidad” que, para mí, se trata de darme cuenta: darme cuenta de quién o qué soy, darme cuenta de qué entiendo por realidad, darme cuenta de qué está en mis manos y qué no, darme cuenta de que me doy cuenta.
La guía, la enseñanza que fue la pieza clave del rompecabezas de tantos y tantos años es el ZhìNéng QìGōng. Pero la curiosidad (e intensidad) me llevaron a leer y estudiar algunos textos y teorías que le dieron origen al ZhìNéng QìGōng, y luego otros textos y teorías que explican esos textos y teorías…
En pocas palabras, es un intento por compartir lo que voy aprendiendo, cómo lo entiendo y aplico, y por abrir la reflexión, el debate, el intercambio de ideas y experiencias. Y de invitarte a que busques tu propia experiencia, de hacer un espacio grande, donde todos somos uno, todos somos una, una sola conciencia, una soy.